lunes, 25 de junio de 2007

La nación

La nación es un sujeto cambiante que va variando a lo largo de la historia. Nace en un momento histórico determinado (la Europa del siglo XIX) y se desarrolla hasta llegar a ser lo que es en nuestros días.

Así pues, el término y concepto de nación es un invento humano y, por ende, un artilugio de control social, dado que el escalafón más alto de la cadena de mando es quien controla todo lo controlable, y evidentemente el lenguaje forma parte de la maquinaria de alineación social en cuanto que el vulgo se siente atraído por determinados significados y significantes mientras no exista cacofonía en los mismos. La nación resulta claro que se ha creado para satisfacer unos determinados intereses políticos y económicos. Es algo realmente artificial que se ha empleado para buscar el bien ‘común’ de una minoría frente a los demás seres humanos.

Es por ello que la única nación válida respondería al verdadero interés común de toda la especie humana, agrupando a todos sin que quepa distinción alguna entre los miembros. El resto de las naciones son inventos, ficciones. Son contra natura, pues no responden al verdadero sentido de la naturaleza humana, que es generosamente social.

Que se aporten nuevos rasgos a una nación es signo de que existe un interés por integrar a más personas para así hacer más fuerte esa nación frente a otras; o signo, también, de que ese grupo de personas se quiere distinguir de alguna manera de sus iguales pues ellos ahora buscan otro fin, un bien tan sólo para ellos, un fin si cabe aún más restrictivo y egoísta.

El nacionalismo es, pues, un movimiento puramente romántico (influenciado sin pudor por la época en la que nace) en desacuerdo con la naturaleza y, por lo tanto, irreal y en completo desacuerdo con el mundo. El sentimiento nacionalista es puramente pasional, no racional.

Si, digamos, se creara un nacionalismo sin un interés político o económico, mirando al futuro para perfeccionar la sociedad y unirla, entonces ya no estaríamos hablando de nacionalismo en sentido estricto. Hemos creado una idea, un concepto nuevo, pues no es que se modifique el nacionalismo (como lo haría el paso del tiempo), sino que pierde su esencia, la característica que más lo define, su exclusividad excluyente.

Una nación comporta, como dirían sus defensores, una cultura propia. Pero ¿no está esa cultura propia inevitablemente influenciada por otras culturas diferentes -viviendo como vivimos en un mundo globalizado-, obteniendo así una mezcla de culturas y, por lo tanto, una nación que no es nación?



Guy Fawkes

sábado, 16 de junio de 2007

Pueblo maldito

Mirad, mirad cómo corren los palestinos a rapiñar lo que tienen a mano, ahora que la autoridad es inexistente en Gaza. Mirad cómo abusan cual populacho indeseable. Mirad cómo arramblan con la propiedad pública, cual buitres en un muladar.

Malditos, malditos ellos. Maldito el pueblo bárbaro de Arafat y de Haniya.

Abrid fuego, autoridades.
Aplastad la rebelión.
Poned orden entre el rebaño descarriado.

Israel, guardián de Occidente, abusa de tu poderío en la zona y haz las cosas a tu manera, siempre eficaz: los tanques a la calle, a dispersar a la chusma ladrona. [Abu Mazen, Estados Unidos y la UE te lo agradecerán, aunque esta última más comedidamente, con ese tono meloso que rezuma un talante suicida que ya a todos cansa y aburre.]


Guy Fawkes

martes, 12 de junio de 2007

Droga

El instrumento perfecto para matar y destrozar física y anímicamente a nuestra juventud. La sociedad vegeta más atada, más adicta. Más manejable.

¿Es posible acabar con las plantaciones de droga que abastecen a nuestros descarriados jóvenes?

Las plantaciones podrían ser eliminadas fácilmente. Bastaría, como ya han apuntado algunos científicos y estudiantes, con imprimir en un determinado insecto altamente reproductivo el hábito de ovar en las plantas que se desea extinguir. Tan sólo eso. Los huevos eclosionarían y las larvas acabarían con las cosechas. La escasez de material se acusaría en los precios, pero eso tan sólo sería al principio: en un breve lapso de tiempo la producción sería tan escasa y costosa de mantener que no resultaría beneficioso continuar con el negocio. Por otro lado, el brutal aumento de los precios haría que el consumidor bajo y medio se viese imposibilitado para costearse unos gramos.


Todo esto el Gobierno lo sabe. Y lo permite. Para acentuar su control sobre la chusma.


Proximamente, responderemos a la pregunta: ¿es posible desmantelar los laboratorios en donde se cuecen pastillas y demás mierda química?


Guy Fawkes

jueves, 7 de junio de 2007

Clérigos laicos

Cada vez más en nuestra sociedad se puede observar un creciente movimiento ciudadano que tiene como objetivo prioritario la solidaridad con los pueblos del mundo menos afortunados. Estas altruistas gentes, durante un período más o menos extenso del verano, acuden a las leproserías indias y a los orfanatos siberianos, entregándose en cuerpo y espíritu a los desheredados de la Tierra.

Qué bonito, ¿no?

Pues no. Porque analizando la cuestión en profundidad alcanzamos a comprender que la meta de estos clérigos laicos que afloran por doquier es narcotizar su mínimamente despierta conciencia. Pretenden convencerse de lo bondadosos, sacrificados y enmendaerrores que son por el simple y muchas veces inútil hecho de acudir a la llamada de socorro de las sociedades miserables. Como si de un seminario de fin de semana se tratara, dedican unos días al falso y vomitivo compadreo con los desfavorecidos, toman un avión y retornan a Occidente, donde continúan con la rutina diaria de consumo exacerbado y hedonismo babilónico.

La juventud de hoy en día decididamente no se busca más que a sí misma, con mayor o menor fortuna y con estratagemas más o menos rebuscadas.


Guy Fawkes

Los hijos de Alá

¿Multiculturalismo? Imposible. Antes deberían darse una serie de cambios de actitud en nuestros combatientes musulmanes. Son los menos, pero los más ruidosos y peligrosos para el orden y la paz occidental.

Osama y los suyos abandonarán sus planes de implantación de regímenes teocráticos en Indonesia, Trinidad y Tobago, Egipto o Mali. En Waziristán las tribus rebeldes al gobierno de Pervez Musharraf cesarán en su hostigamiento a las tropas leales y a la población civil. El Sahed será transitable por las caravanas de tuareg otra vez, sin temor a que las asalten en nombre del wahhabismo redentor. Los Emiratos Árabes Unidos no volverán a reconocer un Estato totalitario como el de ‘los estudiantes’. Los Tribunales Islámicos somalíes entregarán las armas, poniendo fin a un conflicto que dura ya décadas. Los rebeldes nigeriaros del delta del Níger atracarán sus patrulleras y los pozos petrolíferos extraerán crudo con normalidad, lucrándose con ello la castigada ciudadanía. Los chechenos descubrirán sus arsenales y se constituirán como movimiento meramente político-civil. Los uigures aceptarán la dominación secular china y dejarán de desestabilizar la zona, pobre en inversiones debido a la constante crisis. Irán congelará los fondos con los que financia al terrorismo internacional en Afganistán, Irak, Yemen, Siria, Líbano y Palestina, entre otros. Arabia Saudita cesará en su empeño por conquistar anímica y terrotorialmente Europa mediante la constante construcción de mezquitas para sus cada vez más numerosos fieles.

Sólo cuando estas bases se hayan cumplido podremos hablar de multiculturalismo. Hasta entonces, si vis pacem para bellum.


Guy Fawkes

viernes, 1 de junio de 2007

El Gran Hermano te vigila

Ya dije anteriormente que la ciudadanía es más manipulable cuanto más miedo tiene. Bien, hoy compruebo que esto es cierto.

Desde ya, todos los usuarios de los móviles prepago estarán identificados, y las operadoras deberán retener los datos personales, así como el momento en que se realizaron las llamadas, a quién y durante cuánto tiempo. Todos estos datos sensibles y personales deberán ser retenidos durante doce meses, y en caso de necesitarlos la Policía se le deberá hacer entrega de los mismos, siempre y cuando lo autorice el juez, siempre pródigo en este tipo de casos. El contenido de las llamadas efectuadas no se desvelará, dicen.

Ante este atropello del derecho fundamental a la intimidad, ¿quién ha protestado? Nadie. La sociedad, miedosa ella, está dispuesta a sacrificar su esfera más íntima en pos de una más que nunca cacareada seguridad jurídica; seguridad jurídica, y esto se omite, para la justificación de los desmanes de la corrupta y siempre abusiva clase dirigente. Esta nueva medida, con la que intensificar el Plan de Control de la Ciudadanía por parte del Gobierno y sus secuaces en el poder, supone una declaración de guerra abierta contra la libertad individual y colectiva en beneficio de un sector mínimo de la población: el suyo. El Gran Hermano nos vigila constantemente, cada vez más; conoce nuestros hábitos y sabe quiénes son nuestras amistades, qué compramos y qué canales de TV videamos. La tecnología está a su servicio, y la masa se lo permite.

¿Hasta cuando?


Guy Fawkes